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CIRUGIA CARDIACA SIMULTANEA CON CIRUGIA CAROTIDEA

El stroke o accidente cerebrovascular perioperatorio es una complicación devastadora de la cirugía cardíaca, tanto para el paciente y su familia como para el Servicio asistencial.

Incrementa la mortalidad y las complicaciones respiratorias, retrasando la reinserción social y/o laboral del paciente.

Afortunadamente en la actualidad su incidencia es muy baja, la misma ha disminuido en los últimos años gracias al empleo de técnicas quirúrgicas depuradas tendientes a minimizar su ocurrencia, así como a un excelente manejo anestésico y de los cuidados en la unidad de terapia intensiva.

Aún así, pueden ocurrir en determinados pacientes que presentan factores patológicos que los favorecen (patología de la pared de la aorta ascendente, émbolos intracardíacos, enfermedad cerebrovascular intra o extracraneal, así como inestabilidad hemodinámica circunstancial).

El predictor más importante de la ocurrencia de stroke es el antecedente del paciente de enfermedad cerebrovascular, lo que denota la existencia de condiciones patológicas en el sistema cerebrovascular, ó estenosis carotídea uni o bilateral.

procedimiento

Se utiliza como método para detectar si existe estenosis (obstrucción) de las arterias carótidas, el eco-doppler arterial de los vasos del cuello.

El mismo permite evaluar y cuantificar eventuales estenosis, y se realiza como parte de la evaluación preoperatoria cuando está indicado.

En ocasiones se requiere además la realización de arteriografía de los vasos del cuello (angio TAC) para definir situaciones anatómicamente complejas.

Si se detecta la presencia de estenosis carotídea significativa (esto es, que incrementa el riesgo de stroke perioperatorio), es posible que sea necesario para minimizar el riesgo de stroke la realización de una cirugía combinada (es decir, intervenir quirúrgicamente la arteria carótida lesionada en el mismo acto que la cirugía cardíaca).

Así, actúan en conjunto los equipos de cirugía vascular y de cirugía cardíaca.

Esta táctica, asociada a técnicas quirúrgicas que minimizan la manipulación de la aorta (cirugía sin circulación extracorpórea, cirugía coronaria utilizando injertos arteriales en “Y” sin manipular la aorta), ha permitido disminuír significativamente la ocurrencia de esta complicación.